Nació en El Espino, Boyacá, el 17 de julio de 1972, hijo del matrimonio de Cristóbal de Jesús Abril García y Julia Isabel González Ferrer.
Fue bautizado en La Uvita, Boyacá, en la Parroquia de la Inmaculada Concepción.Realizó los estudios de Bachillerato en la Escuela Normal de Varones de Tunja desde 1983 hasta 1988. Hizo sus estudios de filosofía y teología en el Seminario Mayor de Tunja en el período de 1989 hasta 1995.
Fue ordenado sacerdote el 10 de febrero de 1996, para la Arquidiócesis de Tunja.
En el 2001 fue enviado a Roma a hacer la Licenciatura en Sagrada Liturgia en el Pontificio Ateneo de San Anselmo, donde se graduó Summa cum laude con la tesina: “En el Camino de los Óleos”.
Durante su vida ministerial ha desempeñado los siguientes oficios:
Vicario cooperador en San Miguel Arcángel, en Paipa (Boyacá) (1996-1998).
Capellán y Profesor de religión, ética y filosofía en el Colegio Armando
Solano, Paipa (1997-1998).
Administrador Parroquial en: Parroquia del Manzano (1998, durante un mes);
Parroquia de Tuta (1999-2000, durante un mes); Parroquia María Auxiliadora de Tunja (2000-2001).
Formador del Seminario Mayor de Tunja y Promotor Vocacional de la Arquidiócesis de Tunja (1999-2001).
Estudios de Liturgia en el Pontificio Ateneo San Anselmo (2001-2005).
Formador del Seminario Mayor de Tunja y Promotor Vocacional de la Arquidiócesis de Tunja (2005-2009).
Director del Departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Colombia (2009-2014).
Párroco en la Catedral de Tunja (2014- 2016).
El 16 de abril de 2016 fue nombrado Obispo Auxiliar de Nueva Pamplona. Su ordenación episcopal fue 4 de junio de 2016.
El 7 de junio de 2018, el Colegio de Consultores de la Arquidiócesis de Nueva Pamplona, lo eligió como Administrador Diocesano, tras la renuncia de Monseñor Luis Madrid Merlano.
El 18 de noviembre de 2019 el Papa Francisco lo nombró Obispo de Arauca, tomando posesión de su sede el 12 de diciembre de 2019.
Descripción Heráldica
Escudo Partido. En campo de gules una venera de oro de los peregrinos. En campo de azur una rosa heráldica en plata. En punta una montaña de sinople fileteada de plata. Por timbre una cruz episcopal enjoyada. Por cimera el galero episcopal. Por divisa la expresión latina: «Ad aedificandum in Charitate» (cf. Ef 4,16).[1]
Descripción Simbólica
Los colores del escudo, rojo, azul y verde, recuerdan los escudos de la Arquidiócesis de Tunja y de la Diócesis de Arauca.
El campo de gules habla de la caridad, del amor de Jesús Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, de la centralidad del Misterio de Cristo, Verbo Encarnado, amor de Dios Padre, Señor de la gloria al que se le tributa la alabanza agradecida de la Iglesia en la Liturgia, tan querida por el Obispo que se formó para enseñarla y para hacerla vida. También recuerda la fe testimoniada en el martirio.
El Obispo, llamado a pastorear el Pueblo de Dios, fue tomado del presbiterio de la Arquidiócesis de Tunja, en la que sirvió al Señor como Párroco de la Iglesia Catedral de Santiago, a quien representa la venera de oro que distingue al Apóstol Peregrino. Santiago es también el nombre del Obispo, Iacobus, Jaime. La alusión al peregrinar es también propia de san Cristóbal, compañero de quienes emprenden los caminos para anunciar a Cristo, para llevarlo al corazón de los fieles en la Iglesia Araucana.
El campo de azur hace referencia a la vida espiritual, a la experiencia orante de Dios, a su búsqueda y a su encuentro en la celebración de la fe y en la construcción de una Iglesia unida en la esperanza. Significa también las aguas de los ríos que surcan los Llanos Orientales, territorio en el que ahora ha de servir el Obispo.
La Rosa en Plata evoca a María Santísima, Madre de Cristo Buen Pastor, modelo perfectísimo de todo creyente, celosísima maestra de quienes quieren seguir a Jesús. Ella cuidará el ministerio del Obispo. La rosa abierta es referente también al apellido del nuevo pastor: Abril, aprilis, invitación a abrir el corazón para que la primavera de la fe lleve la alegría del Resucitado a todos los que Dios confiará al cuidado del Obispo. Es la Madre del Rosario, la Virgen Fiel, la Señora de la Paz, la Negrita del Piedemonte y la Sabana.
En la punta del escudo una montaña en sinople, recuerda al pastor que Dios le llamó a la vida en la amada tierra boyacense, en la cumbre de las montañas que saben de los pasos de una estirpe honesta, laboriosa, fiel, que aguarda confiada la voz de quienes la acompañan en la fe para ascender al monte espiritual que es Cristo, para elevar su voz de esperanza unida al Sacrificio Pascual del Señor. En el Escudo del Obispo de Arauca las montañas también representan una parte del vasto territorio Diocesano; montañas que fueron surcadas por los pasos de insignes evangelizadores que bajaron al llano para llevar la fe. El verde evoca también el llano, del que brota la libertad y la esperanza. Los bordes de plata recuerdan la piedad, valentía y constancia que distinguen a los pueblos a los que el Obispo ha de servir, llevando el Evangelio de la alegría y de la paz.
El lema está inspirado en la carta de san Pablo a los Efesios 4,16, en donde se recuerda que la vida pastoral se realiza edificando en la caridad una comunidad fraterna, cuyo vínculo es el amor, cuya meta la vida verdadera, cuya aspiración suprema es vivir en Dios, unidos por la fe y animados por la esperanza.
Todo se apoya en la cruz griega enjoyada, signo de vida y altar de triunfo, memoria del Sacrificio redentor del Cordero que, inmolado ya no vuelve a morir porque vive para siempre, como lo canta uno de los prefacios del tiempo de Pascua.
El galero episcopal en verde, indica su condición de Obispo Residencial; las doce borlas, recuerdan a los Apóstoles, en cuya sucesión se inserta el Ministerio Episcopal.