El Beato Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, nació en Santo Domingo, Antioquia, Colombia, el 14 de febrero de 1916. Hijo de don Alberto Jaramillo, quien era artesano, y doña Cecilia Monsalve, ama de casa, su hermana mayor se llamaba María Rosa. Él encontró en el testimonio de sus padres un aliciente en su vida de fe, pues desde pequeño veía en ellos la bondad a pesar de las dificultades. Realizó los estudios de primaria en su pueblo natal.
A la edad de 13 años, Jesús Emilio ingreso al Seminario de Misiones Extranjeras de Yarumal, fundado por Monseñor Miguel Ángel Builes, Obispo de Santa Rosa de Osos. Allí se distinguió por su responsabilidad en los deberes, fuerte vida espiritual y dedicación al estudio; ya que era amante a la lectura y un buen orador. En 1934 inicia sus estudios de filosofía. Terminada esta etapa, ingresa en el año de 1936 al noviciado. El 3 de diciembre del mismo año, profesa sus primeros votos que lo incorpora al Instituto. Cursa luego los estudios teológicos.
Ordenado sacerdote el 1 de septiembre de 1940. Con la alegría y la unción que había recibido en su ordenación, el 19 de ese mismo mes, Jesús Emilio, escribe a quien había sido su rector estas palabras: “Creo que ahora es más capaz mi espíritu de apreciar la grandeza de mi vocación misionera, me siento tan Cristo; siento en mis entrañas cómo nace en ellas el amor enorme por mis ovejas. Por fin mi óleo amasará los trigos de Dios”. Aquí se refleja el amor por su sacerdocio y su llamamiento a la misión.
El Padre Jesús Emilio, tuvo como primera obediencia, el ser vicario de la parroquia de Sabanalarga, en la actualidad de la Arquidiócesis de Barranquilla, donde comparte sus primicias sacerdotales en compañía del Padre Heriberto Correa, que era el párroco en ese entonces. En 1941 lo designaron profesor del Seminario de misiones Extranjeras de Yarumal.
Desde 1942 hasta 1945 realizó sus estudios para el doctorado en teología dogmática, en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Su tesis, laureada con la máxima calificación, tenía como título “La Libertad de Nuestro Señor Jesucristo según Santo Tomás”. Mientras estaba en este proceso de estudio, fue nombrado capellán de la cárcel de mujeres “El Buen Pastor” de Bogotá, allí era el consejero espiritual de las reclusas y realizaba la catequesis, esta experiencia marco profundamente su ministerio.
Al terminar sus estudios de doctorado en 1945, fue enviado a Yarumal como formador y director espiritual del Seminario, en 1946 lo nombraron maestro de novicios. Para el primer capítulo General del Instituto, es elegido como segundo asistente del Superior General y Rector del Seminario.
En 1956, es nombrado Vicario delegado con funciones de Ordinario de Buenaventura por decisión de Monseñor Gerardo Valencia, quien había sido designado como Superior General por la Santa Sede. En junio de 1959, ante la renuncia de Monseñor Valencia como Superior General, un capítulo extraordinario lo eligió como tercer Superior General, su periodo fue de diez años.
La Santa Sede el 11 de noviembre de 1970, elevó la Prefectura Apostólica de Arauca a Vicariato Apostólico, y como primer Vicario Apostólico de Arauca fue elegido el Padre Jesús Emilio m.x.y, con el título de Strumnizza. Su consagración episcopal se realizó el 10 de enero de 1971, por manos de Monseñor Ángelo Palmas, Nuncio Apostólico de Su Santidad Pablo VI, siendo co-consagrantes principales Monseñor Aníbal Muñoz Duque, Arzobispo Coadjutor de Bogotá y Monseñor Joaquín García Ordóñez, Obispo Coadjutor de Santa Rosa de Osos.
El lema de su escudo episcopal es “Llega el Señor” que resumió su estilo de vida y manera de pastorear a su grey. El día de su consagración episcopal compartió con los fieles asistentes estas palabras:
“Sé que el Episcopado es un llamamiento divino, el último quizás, impetuoso e irresistible, a mí conversión, la cual transformará, como lo espero, hasta los yacimientos de mi inconsciente, para crear el hombre de Dios que he suspirada ser, sin alcanzarlo, desde el estreno de mi mocedad ya lejana… En el báculo veo un retoño de la cruz y un signo escatológico para caminar delante de los fieles hasta golpear con su extremidad las puertas del corazón de Dios, cuando la noche definitiva cierre los caminos del peregrinar… Concédeme, Señor, el don inmerecido de no defraudar las esperanzas de tantos que confían en la poquedad de mis fuerzas, las cuales, como lo espero, pueden volverse irresistibles como la honda de David sostenido por la potencia avasalladora de tu Gracia”.
El 21 de enero de ese mismo año toma posesión canónica en Arauca. El 19 de julio de 1984, la Santa Sede eleva el Vicariato Apostólico de Arauca, a Diócesis, tomando posesión en la Iglesia Catedral de Santa Bárbara el 21 de septiembre ante el Nuncio de su Santidad San Juan Pablo II, Monseñor Ángelo Acerbi. Desde su llegada a los llanos Orientales, como Vicario Apostólico y luego como obispo titular, Monseñor Jesús Emilio, trabajó incansable por la evangelización, promoción humana y desarrollo de las comunidades de campesinos, indígenas, llaneros y colonos, esto lo llevo hacer varias obras como la Fundación del colegio La Frontera, el hospital San Ricardo Pampuri; con la ayuda de los hermanos hospitalarios, la creación del “Equipo del Indio”; que es parte de la pastoral especializada, tenía como objetivo la evangelización y promoción de los indígenas del sarare, el instituto San José Obrero, para la formación de líderes campesinos, promovió la fundación de dos hogares campesinos e impulsó la fundación de la cooperativa familiar de vivienda Cofavi, entre otras obras de evangelización. Todo esto lo hizo para mayor gloria de Dios, desde la sencillez y silencio, dando su luego muchos frutos. Su preocupación por el pueblo de Dios que le fue encomendado se notó con su celo ardiente y amor solicito, con su vida de oración y su particular don de orador, los cuales son el testimonio de un verdadero profeta de la Paz y de un Obispo según el corazón de Jesús.
Obtuvo la corona del martirio el 2 de octubre de 1989, siendo secuestrado en el regreso de una visita pastoral que realizó en la vereda Puerto Nidia del municipio de Fortul, Arauca, a manos de la guerrilla del ELN. Al ser detenido, le preguntaron “Quien es Jesús Emilio Jaramillo” Y Monseñor respondió: “Soy yo”, una afirmación llena del Espíritu Santo, que encarna en Monseñor la fuerza de Dios, que lo compromete hasta el extremo con su pueblo, porque “la pastoral llega a su culmen cuando se da la vida por los caminos”. Fue martirizado en la vereda de Santa Isabel, a la edad de 73 años.
“Su sepulcro es un grito y ese grito condena la violencia y por esa voz del muerto debe llegarnos como un atisbo divino la santa paz que hoy más esperamos y suplicamos con ahínco”.
Beato Jesús Emilio Jaramillo.
Proceso de canonización.
La conferencia Episcopal de Colombia en 1999, apoyó la apertura del proceso de canonización de Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve. El 7 de junio de 2017 su Santidad el Papa Francisco firmó el decreto por el cual se reconoce el martirio de Monseñor Jesús Emilio.
El 8 de septiembre de 2017 en la ciudad de Villavicencio – Meta, el Papa Francisco en su visita Apostólica a Colombia, proclamó Beato a Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, obispo y profeta de la Paz de la Diócesis de Arauca, junto al sacerdote Pedro María Ramírez.
El Santo Padre en la homilía de ese día, 8 de septiembre, nos recuerda y anima diciendo:
«Jesús es el Enmanuel que nace y el Enmanuel que nos acompaña en cada día, el Dios con nosotros que nace y el Dios que camina con nosotros hasta el fin del mundo. Esa promesa se cumple también en Colombia: Mons. Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, Obispo de Arauca, el Sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, mártir de Armero, son signos de ello, la expresión de un pueblo que quiere salir del pantano de la violencia y el rencor».